A ver, si cada vez que muerdes algo duro sientes que tus dientes están en huelga y a punto de dimitir, tenemos que hablar. No es normal que un simple bocadillo crujiente te deje con media muela en la mano. Y sí, aunque los dientes están diseñados para durar toda la vida, hay cosas que pueden hacer que se vuelvan más frágiles. Vamos al lío.
Tu esmalte no es de adamantium (y lo que lo desgasta sin que te des cuenta)
El esmalte dental es la capa más dura del cuerpo humano, pero no es indestructible. No estamos en una peli de superhéroes. Hay cosas que lo van desgastando poco a poco, y cuando te das cuenta, hacen crack.
👉 Ácidos en cualquier alimento o bebida: Refrescos, cítricos, vinagres… Si tu dieta parece una fábrica de baterías, el esmalte sufre.
👉 Cepillado con demasiada energía: Que sí, que la higiene es clave, pero si te cepillas con más ganas que un carpintero lijando madera, vas mal.
👉 Bruxismo, el enemigo silencioso: Si aprietas los dientes sin darte cuenta (sobre todo al dormir), los desgastas más que una tiza en el colegio.
Tus dientes también necesitan minerales
Piénsalo así: el esmalte sin calcio y fósforo es como un muro sin cemento, tarde o temprano se viene abajo. Si no comes suficientes lácteos, frutos secos o pescado, le estás quitando material de construcción a tus dientes. Y ojo, que algunos medicamentos también pueden afectar la absorción de estos minerales.
La mejor solución: Come mejor, cuida tu alimentación y deja que tus dientes tengan lo que necesitan para seguir fuertes.
Caries y enfermedades dentales: la traición desde dentro
Si una caries aparece y decides no darle importancia, es cuestión de tiempo que tu diente se fracture. Es como una termita en la madera, empieza pequeñita y, cuando te das cuenta, tienes un agujero en el diente o, peor aún, se parte.
Lo mismo pasa con la periodontitis: si las encías están en mal estado, el soporte del diente se debilita y, adivina… sí, más grietas y fracturas.
Moraleja: no dejes las revisiones para cuando ya haya desastre.
Pequeños golpes… que acaban en drama
Morderse las uñas, abrir cosas con los dientes, comer hielo como si fueran caramelos… Todas estas pequeñas acciones parecen inofensivas hasta que un día notas un diente roto. Y si practicas deportes de contacto y no usas protector bucal, lo estás poniendo en bandeja para que un balón (o un codazo) te deje sin paleta.
El tiempo no perdona a tus dientes
A medida que pasan los años, los dientes van perdiendo minerales y volviéndose más frágiles. No hay drama, es parte de la vida. Pero eso no significa que haya que rendirse. Con buenos hábitos y visitas regulares al dentista, puedes hacer que sigan firmes por mucho tiempo.
¿Se te ha roto un diente? Esto es lo que tienes que hacer
Si notas que un diente está fisurado, roto o te duele al masticar, no lo dejes para después. Dependiendo del caso, podemos solucionarlo con una reconstrucción, una carilla o una corona dental. Pero cuanto antes vengas, mejor.
Una conclusión rápida: más vale prevenir que arreglar
Si tus dientes parecen de cristal últimamente, no ignores las señales. Cuida tu alimentación, evita hábitos dañinos y, sobre todo, ven a hacerte una revisión antes de que el problema sea mayor. En Anaya & Robles, en Ciudad Real, estamos aquí para ayudarte a mantener tu sonrisa sana y fuerte. No esperes a que un diente te deje un recuerdo inesperado y reserva tu cita hoy mismo aquí.