Llega el calorcito, las ganas de chapuzón, y ahí estamos todos como lagartos al sol con un pie en la piscina. Pero, espera… ¿sabías que el agua de la piscina también puede afectar a tu salud bucal? Sí, sí, como lo oyes. Y no, no es un mito.
Desde Clínica Dental Anaya & Robles, en pleno corazón de Ciudad Real, te contamos todo lo que debes saber sobre este tema que nadie suele mencionar, pero que tiene más importancia de la que parece. ¡Toma nota, que esto va en serio!
Cloro + dientes: una relación con sus más y sus menos
A ver, no estamos diciendo que bañarse en la piscina sea malo (¡faltaría más!). Pero el cloro que se utiliza para mantener el agua limpia y libre de bacterias puede alterar el equilibrio de tu boca si estás muchas horas dentro.
El agua clorada tiene un pH más bajo de lo normal (es decir, es más ácida), y eso, con el tiempo, puede afectar al esmalte dental. Es algo que se ha observado sobre todo en nadadores profesionales o personas que pasan largas temporadas en el agua.
¿Qué es eso del «sarro del nadador»?
Ojo al dato: existe un fenómeno llamado «sarro del nadador», que ocurre cuando se está en contacto frecuente con agua clorada. Lo que pasa es que los minerales del agua pueden adherirse al esmalte dental, provocando manchas marrones o amarillentas, especialmente en los dientes delanteros.
No son caries, pero afean la sonrisa y pueden dar lugar a más acumulación de placa. Lo curioso es que no lo ves venir… un día estás tan tranquilo, y al siguiente, notas que tus dientes parecen tener más color que el bronceado que te has pillado.
¿Cómo sé si me está afectando?
Aquí van algunas señales a las que deberías prestar atención si eres de los que se pasan medio verano metido en la piscina:
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Manchas en los dientes que no se van con el cepillado.
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Sensación de mayor sensibilidad dental.
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Encías más irritadas después de días de piscina intensa.
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Dientes que se notan más ásperos al tacto con la lengua.
Si te suena alguno de estos síntomas, no es para alarmarse, pero sí para actuar.
¿Qué puedo hacer para proteger mis dientes?
Aquí van unos consejos bien sencillitos (y muy útiles):
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Evita tragar agua de la piscina. Parece obvio, pero cuando te pasas el día buceando, algo siempre entra. Intenta controlarlo.
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Cepíllate los dientes después de nadar. Sobre todo si eres de los que pasan horas a remojo. Así eliminas posibles residuos de minerales o bacterias.
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Enjuágate con agua del grifo después del baño. Esto ayuda a neutralizar el pH ácido de la piscina.
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Usa una pasta con flúor. Refuerza tu esmalte y lo protege frente a la acidez.
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Acude a revisiones regulares. Ya sabes que aquí en Anaya & Robles te dejamos la boca como nueva, y detectamos a tiempo cualquier señal de desgaste o sarro extraño.
¿Y si ya tengo manchas o sensibilidad?
Pues fácil: nos llamas y te vienes a vernos. Podemos hacerte una limpieza profesional y valorar si necesitas algún tratamiento para fortalecer tu esmalte. En algunos casos, incluso un blanqueamiento dental podría ser la solución, si las manchas son muy visibles.
Eso sí, nada de intentar quitarlas en casa con remedios caseros, que puedes empeorar la cosa. ¡Confía en nosotros, que para eso estamos!
Así que ya sabes: chapuzones, sí… pero con cabeza
La piscina es un planazo veraniego, nadie lo duda. Pero, como todo, mejor si lo haces con información. Cuidar tus dientes no te va a quitar ni un minuto de diversión, y te va a ahorrar más de un susto cuando vuelva la rutina.
Desde Anaya & Robles, tu clínica dental en Ciudad Real, te animamos a disfrutar del verano con una sonrisa sana y protegida. ¿Tienes dudas? ¿Hace mucho que no te haces una limpieza?
Pues ya sabes: pide tu cita antes de que te dé por vivir en la piscina.